Sin embargo los Rockets parece que quieren dar un lavado de cara, siguiendo los mismos esquemas que han llevado a Spurs y Thunder al éxito: Apostar por una plantilla joven y buenas selecciones de draft. Como fichaje estrella, los Rockets firmaron a Jeremy Lin, que ya estuvo el año pasado haciendo el training camp, y que ha tenido un impacto tremendo en los Knicks. Junto con él, viene de Chicago el pívot Omer Asik, que quiere demostrar que vale para la NBA, aunque muchos le tachen de sobrepagado, y el argentino Carlos Delfino.
Provenientes de este Draft y el del año pasado, llega Jeremy Lamb, un escolta con buen tiro, el lituano Motiejunas, que ha sorprendido en la Summer League, Terrence Jones, un Ala-Pívot muy físico, Scott Machado, undrafted, pero de los mejores bases universitarios, y sobretodo Royce White, jugador con gran físico y muy versátil del que peligra su carrera, debido a sus problemas de ansiedad, así que es probable que no juegue de visitante los primeros partidos.
En una encuesta realizada por nba.com, se dice que será el mejor equipo de la división SurOeste. Es muy poco probable. El Oeste se ha reforzado mucho, y equipos como los Wolves y Memphis van a luchar duro por los PlayOffs. A todo hay que añadirle el “Hype” creado por Lin, del que se piensa que es una estrella, pero que aun le queda mucho por aprender. En definitiva, no parece que los Houston Rockets vayan a alcanzar Playoffs este año, pero tienen un proyecto muy interesante a medio-largo plazo.
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